El taller de piedras
semipreciosas es uno de más antiguos del convento de Santa Elisabeta, fue
fundado en 1999.
Los cuadros de minerales
son duraderos, ya que los materiales que se utilizan practicamente no se deslucen ni se destiñen.
Primeramente en la base
(habitualmente, es una placa de marmol) se hace el bosquejo, “próris”. Luego la
placa, si esto cocorresponde al idea de la imagen, se somete al proceso del
dorado. Una vez finalizado, se inicia lo más interesante – el momento de la coloración
polícroma con los minerales, o el “llenado”, “zasýpka”.
El proceso del trabajo es bastante inhabitual,
porque el pintor actua no con la pintura, sino con diferentes fracciones de los
minerales y piedras semipreciosas triturados.
Los minerales llegan al taller desde
diferentes partes del mundo. El cinabrio, de color rojo vivo con viso metálico, viene desde
China. La dioptasa, verde saturado – de Kazakhstan;
la crocoíta, de color naranja – de los Urales. Así que para la creación de la
capa cromática el taller dispone de una paleta bastante rica.
La imagen se divide en ciertas zonas donde con
un pincel se aplica la cola. Luego con ayuda de una cucharita diminuta sobre
esta zona se vierte la mezcla de piedras trituradas.
Los planos lejanos y los rostros en los iconos
se componen de la fracción mínima de los minerales. Mientras para las
vestiduras, la decoración y el primer plano se toman las fracciones con grano a
partir de un milimetro… De este modo, paso por paso, capa por capa se llena
toda la composición y se forma la imagen.
En esta técnica no hay minucias: tiene
importancia la altura de la posición de la mano del pintor, la medida de la
fracción del mineral, su peso específico. Y aún el movimiento del aire puede
ser un obstáculo notable. No obstante el resultado merece su trabajo: las facetas y las formas originales creadas
por la naturaleza provocan una impresión especial, les dan a la obras un brillo
incomparable, o, como también se dice, la luminosidad.
La técnica especial requiere una destreza
correspondiente. Por eso los hermanos y hermanas, antes de empezar a crear
iconos, estudian esta técnica pintando paisajes.
Y sólo al pasar cierto tiempo, cuando el
pintor ya domina los pormenores del proceso y conoce las cualidades de los
minerales, toma su inicio el trabajo de verdad – la creación de iconos.
Pero, en resumidas cuentas, lo mas importante es la
fé del pintor, fuerte como la piedra que él transforma en las imagenes.
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