Apostolado del Convento
Nuestra obra de caridad - Internado psiquiátrico para niños minusválidos
Puede parecer que los
pacientes con enfermedades psíquicas son incapaces de entender la esencia de los oficios religiosos y los Sacramentos
de la Iglesia. Pero no es cierto. El alma de cada persona tiene una necesidad
vital de alimento espiritual, a pesar de los morbos que padece el cuerpo.
La aparición de la iglesia
en honor de santa Xenia de San Petersburgo la Bienaventurada no fue casual. La
hermana mayor de la Hermandad Zinaída Lóbosova se acuerda de aquellos
acontecimientos: “En el internado vive la gente que, en mayoría de los casos,
no pueden salir fuera del territorio. Muchos de ellos crecieron en el internado
infantil y luego fueron trasladados aquí.
Y cuando empezamos a visitar el hospital y, más tarde, los internados, cuando para muchos pacientes se presentó la posibilidad de comulgar, desde luego, nos dieron muchas ganas de que tomasen parte en la Liturgia. Por eso surgió el idea de fundar una iglesia dentro de los muros del internado y la elegieron a santa Xenia de San Petersburgo como protectora.”

Los que viven en el internado son muy sensibles al
estado anímico de las otras personas y muy compasivos. Tienen un mundo distinto. En su mundo
se están con facilidad, porque allí no hay engaño ni falsedad que son atributos
de nuestro mundo. Sí, claro que hay groserías, palabrotas, diversas
peculiaridades de la conducta de cada residente. No se puede idealizar su vida.
Pero tienen algo que les hace capaces de hablar con Dios y entender profundamente
los problemas íntimos de otras personas. En su mundo reina la sinceridad y la
sencillez, allí existe otra dimensión, otra Tierra, uno se siente de una manera
distinta, porque allí todos son auténticos, son tal como son”.
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