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Сentro de rehabilitación femenino: ayer, hoy, mañana (Parte II)




Seguimos la conversación con la monja Varvara.

- ¿Y de dónde normalmente viene la gente?

- Depende. De Bielorrusia, Rusia, Ucrania. Jóvenes, mayores de edad, con diferentes adicciones y enfermedades psíquicas.
De todas personas que vienen al centro las que sufren enfermedades psíquicas son quizás las más desprotegidas y vulnerables. En general, se necesita tratar tranquilamente y con paciencia a todos. Todos sufrimos alguna enfermedad. Y todos faltamos el amor.

-¿Qué le parece, por que algunas personas se van y otras se quedan?
        
- Depende de la persona. Si uno quiere cambiar su modo de vida todo saldrá bien con ayuda de Dios. Normalmente las personas con enfermedades mentales regresan a la vida independiente. Aquí empiezan a darse cuenta de su enfermedad y aceptarla. Algunos regresan a casa, aprenden a controlar a si mismos, asisten a las misas, toman la Santa Comunión.
Con los adictos hay mas dificultades. No se puede decir que ellos no quieren. Pero tienen prisa.
Les explico: «Mira, ¿cuántos año has pasado en el pecado y estás pensando de verdad que se puede vencerlo en unos seis meses?» Y les parece que si pueden resistir aquí eso significa que podrán hacer lo mismo en la vida de afuera: «Yo sé todo, entiendo todo...» Pero su entusiasmo no dura mucho. Durante algún tiempo siguen visitando la iglesia, pero después se pierda todo y la persona tropieza con la misma piedra.  Hoy día unas mujeres que vivían en nuestro centro de nuevo nos escriben las cartas de la cárcel. No es fácil guardar la Gracia...
Hay mujeres en el centro que no quieren irse, porque entienden que es un riesgo. Esas hermanas se convierten en nuestras principales ayudantes.
Una mujer tiene hermanos y una hija. No era devota  y cuando su novio murió de la cáncer surgió el rencor y después la desesperación. Su hermano la llevó a nuestro centro . Y ahora se enteresa por la vida de la iglesia, le gusta.
Otra mujer también intentaba ir y venir: tenía un apartamento en Minsk. Era adicta a alcohol. Cuando iba al trabajo en el Convento - todo estaba bien, no hay ni deseo de emborracharse. Pero al entrar en su piso aun no necesita compañía... Ahora  trata de permanecer más tiempo en nuestro centro.
La otra mujer tiene tres hijos. El más pequeño tiene 18 años. Ya tiene nietos. Los visita, comunica con ellos.  Ya lleva 5-6 años en nuestro centro. Pero no se atreve irse, tiene miedo de volverse al camino del pecado. Ella fue una de las primeras que dejaron de fumar. Aunque fumaba 20 años. En aquel tiempo nuestro padre espiritual bendijo que se prohibía fumar en el territorio del centro. Ahora los recién llegadas fuman sólo afuera, detrás de las puertas.
Insistimos en que haga falta luchar contra la pasión. Lo curioso es que la persona que ha superado la pasión cambia enseguida: comporta y piensa de otra manera.

- ¿Dónde trabajan las hermanas?

- Con el trabajo todo está muy complicado. Queremos tener nuestra propia fabricación. Para que sea no sólo para nosotras sino el trabajo en el amplio sentido. Esa actividad estimula mucho a las hermanas.
En el verano recolectamos las hierbas, las secamos. Nos dedicamos a las manualidades. Hermanas trabajan en el jardín, en los invernaderos. Cultivamos las verduras. Cabras, gallinas, cerdos - tomamos una granja para nosotros. El trabajo en equipo une a las personas.
         De vez en cuando nos dirigimos al Convento para ayudar. A las hermanas les gusta trabajar en el Convento. Pero también es una tentación. Durante un breve período de tiempo trabajan normalmente, pero con el tiempo empiezan problemas.




- ¿Como influyó este centro en Usted?

- Estoy cambiando con ellas. - Claro que tenemos que sobrepasar diferentes momentos: conflictos, desacuerdos. Especialmente era difícil al principio: les das una tarea y lo hacen exactamente lo contrario. Empiezas a enfadarte. Por razones entendidas casi todas tienen problemas con la memoria y atención. Trabajas en sí misma, aprendes a conocer la gente, y a través de la gente - a conocer el Dios. Me ayuda mucho la crianza de Misha. Comunicando con él entiendo que las hermanas también son como niñas.

-¿En general, es difícil confiar en Dios?

- Para mi - no. Tal vez por eso sigo trabajando tanto tiempo. Sin confianza en Dios sería difícil.
Una vez después de la misa las hermanas vinieron al padre Andrei para quejarse. Empezaron a discutir, pelearse. El padre por primera vez vio tal cosa. Se sentó y dijo: «El que no ha vuelto loca con vosotras (habla de mi) es un verdadero milagro de Dios». (Se ríe.)

- Soñar no es asunto monástico, pero: ¿con qué sueña Usted?

- Quiero que el centro no pierda lo que ha obtenido. Tratamos de construir las relaciones calientes y familiares. Claro que no son ideales, pero hay hermanas para las cuales el centro se convirtió en su casa.  Queremos mucho conservarlo. Y que las hermanas con más experiencia ayuden a las nuevas que vienen para obtener un apoyo.
Porque no todas hermanas que vienen tienen que quedarse para siempre. Las jóvenes, por ejemplo, necesitan tiempo para recuperarse, ponerse más fuerte y seguir adelante. Nuestro sueño es construir una vivienda cerca del centro. Para que la gente pueda crear las familias y no alejarse del centro, fijarse en un camino nuevo. Y para eso lo más importante es que el amor de Dios sea entre nosotros.

A través de la ventana veo como una abuela esta llevando la otra de la mano. Una siempre se distrae, trata de irse a algún lado, después se detiene, queda inmóvil y busca algo en el camino... La otra lleva de la mano con cuidado y pasan adelante. Ambas abuelas viven juntas en una celda: La más fuerte se cuida de la más débil. Van a una iglesia doméstica donde está por empezar el acatista a San Sergio de Rádonezh. Las hermanas lo leen diariamente.



Alguien de las reunidas nota la mariposa: «Hay que liberarla. ¡Va a morir! Mira, que dañadas tiene las alas». Una de las mujeres toma con cuidado la mariposa en las manos y la deja volar a la calle. Contemplo como la mariposa gana la altitud.

«Alégrate, Sergio, un ayudante rápido y glorioso milagrero» - interrumpe mis pensamientos la voz femenina que se oye de la iglesia...



Traducido del sitio-web www.obitel-minsk.ru


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