En el mes de septiembre de 1941 las tropas fascistas
que seguían su avance hacia Leningrado, ocuparon la estación ferrocarril de
Výritsa. La unidad militar acantonada allí se componía de rumanos
bajo el mando de los oficiales alemanes. Dentro de un par de días éstos
recibieron una denuncia de que en el pueblo había un viejo medio vivo, muy
respetado por los rusos, ya que poseía el don de clarividencia... Pronto un
grupo de oficiales, acompañados por un intérprete, llegaron a la casa Nro24 en
la calle Pilny. Al entrar en el cuarto vieron a un viejo enflaquecido,
reclinado en una cama estrecha. Dirigiéndose al intérprete, el capitán alemán
preguntó: ”¿Qué tan pronto hacemos el desfile victorioso en Leningrado?” Pero,
sin esperar la traducción, el starets (viejo) contestó en alemán: “Eso nunca va
pasar”. Y, para dar fuerza a
sus palabras, el monje, señalando con el dedo, dijo a cada uno de los
hitlerianos la cantidad de hijos que habían dejado en sus familias...
Vasily Muraviov (nombre laico del santo) nació en 1866
en una familia de campesinos. Al morir su padre, se vió obligado a
sostener la familia y se fué a San Petersburgo, donde tuvo suerte de hacer una
carrera exitosa de comerciante. Desde muy joven quería ser monje, pero su padre
espiritual no se lo bendecía, diciéndo que el Dios por el momento le entregaba
a Vasily la riqueza para hacer muchas obras de caridad. En 1920, Vasily, que
tenía 54 años, y su esposa Olga se hucieron novicios de dos monasterios
respectivos. Al recibir la tonsura monástica y la ordenación al sacerdocio, el
hieromonje Bernabé mostró el talento de buen predicador y maestro espiritual.
En 1926 recibió la tonsura de gran eskhima, el nombre nuevo de hieroskhimamonje
Serafín y fue nombrado el padre confesor del monasterio (Lavra de San Alexander
Névsky). Siendo un hombre entrado en años, se le empeoraba la salud y en 1930
se trasladó a Výritsa, donde casi 20 años más se dedicaba a labores ascéticas y
recibía innumerables visitas de las personas que buscaban consejo espiritual.
El santo predecía el inicio de la guerra con Alemania fascista, y, cuando
empezó, a pesar de que no podía andar sin ayuda de álguien, se pasó mil noches
seguidas orando arrodillado en una piedra a la intemperie, con la intención de
implorar la salvación de su patria. Falleció
el 3 de abril de 1949, habiendo recibido unos días antes un aviso Divino sobe
el día de su muerte.
He aquí un caso impresionante más. Una vez
una joven pareja casada trajo a padre Serafín un importe de mil rublos – muy
considerable en aquel entonces. El monje no lo aceptó, pero bendijo
entregárselo al primer hombre que vieran en la calle al salir de su celda. Este
primer hobre resultó... estar completamente borracho. La mujer joven,
confundida, preguntó a su marido: “¿Qué vamos a hacer?”. Éste respondió
decididamente: “Haremos lo que nos ha dicho el padre...” En cuanto el hombre
ebrio recibió el dinero, al instante se le quitó la borrachera: “¡Queridos
míos, cómo os lo agradezco!? ¡Me habéis salvado de la muerte!”. Resultó que el
pobre trabajaba en el comercio y en la caja faltó mucho dinero, exactamente el
importe que acababa de recibir tan inesperadamente. No tenía en casa dinero
para cubrir la falta y le daba mucho miedo ir a la cárcel. Se desesperó y
decidió suicidarse. Para tener coraje, se emborrachó...
Lo que pasó con Výritsa durante la guerra fue un
milagro atribuido a las oraciones del starets santo. La
iglesia del pueblo era la única que estaba abierta en toda la región. Los
soldados rumanos eran ortodoxos y rezaban junto con los habitantes. Nadie fue
matado, solamente una casa fue destruida.
¡Santo padre Serafín, reza a Dios por nosotros!
Traducido desde: https://azbyka.ru/otechnik/Zhitija_svjatykh/vyritskij-chudotvorets-prepodobnyj-serafim-muravev/#0_11
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