P. Seraphim Holland
Continuación
5. Antes de la Divina Liturgia, debes leer las oraciones "anteriores a la comunión".
Estas oraciones están en cualquier libro completo de oraciones. Comienzan con algunos salmos, después un canon, y finalmente algunas oraciones anteriores a la comunión de varios santos.
Esta regla de oración es fácil para algunos y muy difícil para otros. Si es difícil para ti, divídelo en trozos. Por ejemplo, reza el canon el sábado a la mañana, y las otras oraciones el sábado a la tarde, o a la noche, o reza una parte el sábado y la otra parte el domingo por la mañana. Es posible dividir la regla durante algunos días de la semana.
Como en todas las cosas, si tienes algún problema con esta regla, háblalo con tu confesor.
Existe una costumbre entre algunas personas de decir una regla muy larga que se lo suman a las oraciones anteriores a la comunión. Entre los rusos, se le llama “Právilo” (o regla). Esta consiste de tres cánones que están combinados, y el Acatisto. Normalmente los cánones son los que aparecen en el típico libro de las oraciones - “A nuestro Señor Jesucristo”, el canon suplicatorio a la Theotokos, y el canon al Ángel Guardián. El Acatisto habitualmente es rezado a Cristo o a la Theotokos. Puede haber alguna variación en los cánones y en el Acatisto que se recita.
Esta es una regla excelente para seguirla, y los clérigos normalmente la siguen. He conocido a algunas personas laicas que también la siguen, pero yo nunca se lo he pedido a nadie. Estoy más interesado en hacer que la gente venga a confesarse y al servicio de la tarde habitualmente, y esta regla es muy larga para algunos que no están acostumbrados a asistir a la vigilia.
POR FAVOR, NO DIGAS ESTAS ORACIONES DURANTE LOS SERVICIOS DE LA IGLESIA.
Si no has completado la regla antes de que la liturgia empezara, es apropiado decírmelo. No lo asumas. Es fácil hablar conmigo y soy indulgente en persona, pero no puedo ayudarte, desafiarte o alentarte si no hablas conmigo sobre tu problema de completar las oraciones.
Los servicios son para nuestra adoración conjunta. Eso puede requerir más disciplina de tu parte, pero puedes hacerlo. Existen caminos creativos para afrontar la longitud de las oraciones. Todo lo que necesitas hacer es hablar conmigo si tienes algún problema a la hora de completar tus oraciones por su longitud, por tu falta de energía o tiempo, o por estar desacostumbrado a largos tiempos de oración personal.
6. La tarde anterior al día cuando vamos a recibir la Sagrada Comunión, no nos debemos comportar como si fuera sólo otro día.
Debemos prepararnos para el grandioso misterio (y atender el servicio de la tarde, y rezar las oraciones anteriores a la comunión es importante para eso). No es un tiempo apropiado para fiestas, películas y entretenimientos, especialmente si se hacen en vez de asistir al servicio de la tarde.
7. Siempre ha sido una tradición cristiana que el marido y la esposa se abstengan de relaciones sexuales la tarde anterior que vayan a recibir la Sagrada Comunión.
Esto ya se hacía en el Antiguo Testamento antes de importantes eventos. La razón por la que observamos esta importante tradición cristiana es porque el matrimonio es una IMAGEN del amor del Esposo (Cristo) por la Iglesia, y por lo tanto, de como debemos amar a Dios. Una imagen es inferior al prototipo, por lo que nos abstenemos de relaciones sexuales, ya que estas son inferiores a nuestro amor a Dios.
No hay ningún sentimiento de que las relaciones sexuales sean en modo alguno una cosa no bendita, en su contexto adecuado.
Vivimos en un tiempo en el que la moderación está decaída. Una pareja que sacrifica el “sábado por la noche” - una “tradición americana”, pero no la ortodoxa - se beneficiará mucho.
8. La confesión es una parte de la preparación para la Sagrada Comunión.
La confesión frecuente depende del individuo, y del confesor. Ciertamente, si alguien no se ha confesado por un largo período, debe confesarse antes de comulgar.
Las tres actividades principales en la confesión son el examen de conciencia, el arrepentimiento y el perdón de los pecados. Este tratado no puede explicar todos los detalles de la confesión, pero citar al Apóstol Pablo es lo más apropiado:
Por lo tanto, si alguien come el pan y bebe de la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come su propia condenación al no reconocer el cuerpo.
La Iglesia provee un claro camino para examinarse a sí mismos y útil para arrepentirse, ayudándonos a realizar la admonición del apóstol.
Cuando nos confesamos con otro ser humano, en el contexto de una conversación cubierta de gracia, la que incluye al sacerdote, al que se está confesando y Cristo, es más fácil evitar las mentiras que fácilmente nos las hacemos a nosotros mismos cuando estamos solos. Estas son mentiras raramente conscientes - son el resultado de la ignorancia, de nuestro orgullo y de la ceguera espiritual general . Es mucho más seguro considerar las cosas espirituales con un mentor - un confesor. Además, para una más completa autoexploración, el que se está confesando a veces recibe útiles consejos que le ayudarán a superar los pecados de los que se desea arrepentir.
Otra vez debe ser subrayado: No es correcto determinar POR TI MISMO si eres indigno del misterio de la Eucaristía. Esta es una tarea asignada (por Dios!) de tu confesor.
Ven a confesarte todas las veces que te es posible, y apreciarás la “seguridad” espiritual de esta práctica.
Deseo mucho que cada uno de mi rebaño confiese, como mínimo, una vez al mes.
9. Si verdaderamente queremos prepararnos para la comunión, debemos entender qué es la comunión.
Es imposible comprenderlo totalmente para los mortales, pero podemos empezar asistiendo al servicio de la tarde, rezando las oraciones anteriores a la comunión, y meditando sobre el capítulo sexto del Evangelio de Juan.
Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo:No murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
10. La preparación para la Sagrada Comunión incluye esto (no es una lista exhaustiva):
- Ayunar de acuerdo al typikón de la Iglesia, bajo la directriz del confesor.
- Rezar al menos una porción del servicio de la tarde.
- Rezar las oraciones anteriores a la comunión.
- Abstenerse de toda comida y bebida desde la mañana en el que se reciba la comunión, bajo la orientación del confesor.
- El marido y la esposa deben abstenerse de las relaciones sexuales desde la tarde anterior a la liturgia.
- Tener una tarde tranquila anterior a la liturgia, sin ver películas, asistir a fiestas…
- Llegar puntual a la liturgia.
Fuente: http://www.orthodox.net/10things/preparation-for-holy-communion.html
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