Un hermano dijo al abba Pimen:
- Cuando le doy a mi hermano un poco de pan u otra cosa, los demonios desprecian mi limosna, como si la haya dado por adulación, para agradar al hombre.
El viejo le respondió:
- Aunque tu limosna sea por adulación, en cualquier caso debemos dar lo necesario, - y le contó la siguiente parábola:
- Dos labradores vivían en un lugar. Uno de ellos sembró y recogió un poco de pan, pero no limpio. Al otro le dió pereza sembrar y no recogió ni grano. En caso de si viene el hambre, ¿quién tendrá sustento? El hermano contestó: - El hombre que recogió un poco de pan impuro. Entonces el viejo concluyó: - También sembremos nosotros un tanto, aunque sea impuro, para no morir de hambre. Patericón de Esceta
- Dos labradores vivían en un lugar. Uno de ellos sembró y recogió un poco de pan, pero no limpio. Al otro le dió pereza sembrar y no recogió ni grano. En caso de si viene el hambre, ¿quién tendrá sustento? El hermano contestó: - El hombre que recogió un poco de pan impuro. Entonces el viejo concluyó: - También sembremos nosotros un tanto, aunque sea impuro, para no morir de hambre. Patericón de Esceta
Visita el Catálogo del convento de Santa Elisabeta
|
0 коммент.:
Отправить комментарий