El pan ocupa en la vida del hombre un lugar especial. En la Iglesia pronto adquiere ricos significados simbólicos. Por ejemplo, es el símbolo de toda clase de alimento y del esfuerzo humano que se necesita para conseguirlo. «Comerás con el sudor de tu frente» (Gn 3, 19). Nuestro Señor Jesucristo toma del pan como nombre; «Yo soy el Pan de vida» (Jn 6, 35), diciéndonos que «el que come de este pan, vivirá para siempre» (Jn 6, 51).
Si el pan era uno de los alimentos más dignos, Cristo lo elevó a su mayor dignidad. Lo hizo cercano a la compresión de nuestra materialidad, de nuestro cuerpo, ya que Él quiso hacerse presente en toda su humanidad y divinidad en el sacramento de la Eucaristía. Jesús tomó el pan, lo bendijo y lo repartió; diciendo tomad, comed (Cf. Mt 26, 26).
Cuando leemos algunas actas de los mártires vemos cómo se usa para sus cuerpos el pan que es amasado, ligado por medio del agua y cocido. El cuerpo del cristiano es trabajado por medio del kerigma y del anuncio, de la Palabra; es lavado en el agua del bautismo, haciendo de él una nueva criatura; y es cocido por el Espíritu Santo que se le entrega hasta dar la vida.
Cuando leemos algunas actas de los mártires vemos cómo se usa para sus cuerpos el pan que es amasado, ligado por medio del agua y cocido. El cuerpo del cristiano es trabajado por medio del kerigma y del anuncio, de la Palabra; es lavado en el agua del bautismo, haciendo de él una nueva criatura; y es cocido por el Espíritu Santo que se le entrega hasta dar la vida.
También es un símbolo de la Iglesia. El pan, consistente de muchas semillas molidas y aglutinadas. Es Una a pesar de englobar a multitud, esta unidad se da por medio del agua y del fuego, por medio del bautismo y de la confirmación, que abren camino hacia la participación de Cristo: la Eucaristía; haciendo de cada cuerpo un templo agradable a Dios y un solo Cuerpo eclesial, sacramento en medio del mundo.
Pero el significado mayor lo encontramos en el pan usado durante el oficio litúrgico.
El prósforon se compone de dos piezas redondas separadas que se colocan una encima de la otra, horneándose juntas, haciendo un solo pan. Esta manera quiere simbolizar las dos naturalezas de Cristo: la humana y la divina, en una única Persona, la divina. A su vez nos habla de la Encarnación del Verbo.
En la parte superior, en uno de los discos de la masa se coloca el sello que suele llevar la imagen de una cruz griega con el nómina sacra de Jesucristo en la parte superior (IC - XC) y la palabra “NI - KA”, que significa “victoria”: “Jesús, el Cristo, vence”. Estas letras se disponen en cada uno de los cuadrantes que divide la Cruz. Esta impresión permanece tras la cocción y el sacerdote se servirá de esta marca a la hora de preparar las ofrendas.
Encontramos otras variantes en prósfora preparados en monasterios, donde se sella en la parte superior la imagen de la Virgen María o de algún santo. Los prósfora pueden variar en tamaño y forma en las distintas tradiciones litúrgicas. Generalmente las tradiciones eslavas usan cinco pequeños prósfora con un sello más simple, mientras la tradición greco-bizantina usa un prósforon grande con un sello más complejo, señalando el lugar del que se tomará “el Cordero” y los lugares de los que se retirarán las partículas.
Este separar un pan para la consagración y otro no, simboliza como unos son separados del mundo, son escogidos por Dios. Del mismo modo que la muerte de Cristo redime a todos los hombres y la Eucaristía es consagrada para ser alimento de los que son fieles a sus preceptos, para la Iglesia. No todo hombre puede participar del sacrificio de Cristo, es necesario ser introducido en el Agua y en el Fuego y ser fieles al Evangelio.
La tradición eslava usa un prósforon separado para cada uno de estos, a veces con un sello diferente para cada uno, o al menos con uno para la Panagia. Los laicos pueden presentar prósfora más pequeños, acompañando una lista de fieles vivos y difuntos a quienes desean conmemorar durante la Divina Liturgia. De cada uno de estos prosfora más pequeños el sacerdote retirará un trozo triangular, además de partículas más pequeñas, mientras reza por cada una de las personas de esta lista.
El prósforon llamado Panagia y se bendice solemnemente en su honor durante la Divina Liturgia. Este prósforon está grabado a menudo con un icono de la Theotokos. Antes de cortarlo, el sacerdote hace la señal de la cruz sobre él tres veces diciendo: «En honor y conmemoración de nuestra Señora más bendita, la Theotokos, y siempre virgen, María; mediante su intercesión, acepta, Oh Señor, este sacrificio sobre Tu más celestial Altar». Entonces retira una gran partícula triangular y la pone al lado del Cordero, diciendo: «A Tu derecha está la Reina, vestida de oro y enjoyada de oro».
El resto del prósforon se bendice sobre la mesa sagrada, antes de bendecir el antidoron, con la frase: «Grande es el Nombre de la Sagrada Trinidad». Actualmente esta costumbre suele ejecutarse solo en algunos monasterios.
Aparte del Pan Eucarístico, la Iglesia Oriental distingue diversos tipos de pan bendito. Las partes cortadas del prósforon, del Cordero, que no han servido para la consagración y que en ningún momento han estado en el altar, se denominan antídoron. Estos pedazos de pan los consumen aquellos que no han comulgado de los Santos Dones. En otras ocasiones y épocas ha servido de alimento para los sacerdotes o ministros sagrados.
El artos, pan con levadura, es un pan que se bendice en la noche Pascual. Durante toda la semana de la Pascua el artos, símbolo de la Resurrección de Cristo, se encuentra sobre el facistol, frente a Puerta Real (puerta central del iconostasio), y se extrae todos los días para la procesión. El Grande y Santo Sábado, acompañado de una oración, es desmenuzado y se reparte entre los fieles. La gente sencilla valora mucho este pan, guardándole gran devoción y lo suele portar a los enfermos para que lo coman.
También el artos cotidiano se bendice, practicando una cruz simple o un icono como el del santo patrón de la iglesia o monasterio local. Suelen hacerse cinco rebanadas, y se bendicen en un servicio llamado artoklasia. Estas rebanadas, junto con trigo, vino y aceite (simbolizando a todo el Cosmos), se bendicen y reparten a los fieles durante la vigilia de Todos los Santos, o en otras vigilias preparatorias de grandes fiestas. Su origen también es de carácter práctico, debido a que anteriormente los oficios litúrgicos eran muy largos. A pesar de haber reducido mucho su duración, hoy se sigue recibiendo pan bendito. Pero siempre el prósforon (consagrado, siendo el más importe y el único que es considerado Cuerpo de Cristo), el artos y el antídoron deben ser consumidos en ayunas y con oración.
Daniel Rodríguez Diego, http://lexorandies.blogspot.com.by/2011/06/simbolismo-del-pan-en-la-iglesia.html
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