Palabra del Padre Espiritual del Convento
Cuando estuve por primera vez en la isla Zalit el padre Nicolái celebraba la Liturgia. El viejo salió a dar una Comunión a la gente. Durante la Comunión de los niños su cara irradiaba la luz. Si lo viera sólo, podría decir que se me había confundido, pero a mi lado estaba un hombre muy religioso y en aquel momento miramos el uno al otro y después a la cara del viejo. “¡Mira, que cara tiene el padre Nicolái!” - decimos uno a otro. Su rostro brillaba, y la luz de ese brillo tocaba mi corazón. Vine allí “en la oscuridad”, fue desesperado, sentí como en un estancamiento y con las medidas humanos no vi la salida del este estado del ánimo. Pero cuando el Señor abrió la hermosura Divina en el hombre, todas las cosas malas se fueron, la luz Divina entró en el corazón, y el alma se llenó con la gran alegría.
Es una alegría de Pascua, alegría de la vida, de la
Resurrección. Todo oscuro se desapareció. Probablemente es la acción del mismo
Dios, que está abriendo la hermosura del Amor Eterno en este mundo.
Hay una persona más en que vi la luz semejante, fue un
sacerdote viejo, que amaba mucho a los niños y a los animales, fue muy sencillo
y sincero en las relaciones con la gente. Y en aquel momento fue increíblemente
parecido al padre Nicolái.
Son las personas diferentes, pero bajo la influencia de
la luz Divina, he notado que sus rostros se hacen idénticos y parecidos al
Cristo. Al verlo tu corazón está lleno:
Todo es entendido, no hay preguntas, perplejidades, suposiciones. En esta luz
hay una partícula de Dios, y donde hay Dios hay una plenitud. La luz Divina hay
en cada persona, pero a veces le sale difícil atravesar la mascara que pone el
pecado a la faz. La faz se convierte en una cara, los ojos pierden el color, el
rostro se pone oscuro, y en los ojos - el vacío.
Pienso que todo vivo, todo verdadero en este mundo se
mantiene por la luz Divina, la luz del Amor Divina.Los santos padres dicen, que
si la Gracia Divina abandona el mundo, el mundo morirá enseguida. Entonces la
luz todavía existe si el mundo sigue su camino en el espacio temporal.
Y hay esperanza
para la salvación de las almas que vienen a Dios.
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