1. Por primera vez contactamos con ella cuando nos sumergimos en la pila bautismal, llena de agua, consagrada con una oraciĆ³n especial del sacerdote, para que nos quite la inmundicia del pecado, nos renueve y nos haga renacer para la vida nueva en Cristo. El agua santa apaga el fuego de las pasiones y aleja a los espĆritus malos.
2. El agua bendita se emplea obligatoriamente en la consagraciĆ³n de las iglesias y todos los objetos de uso litĆŗrgico, de las viviendas, edificios y cosas de hogar.
3. Se nos asperja con el agua bendita durante las procesiones religiosas y los moleben (oficio corto de sĆŗplica o agradecimiento), cuando se santifica el agua en honor de alguna fiesta o santo.
4. El dĆa de EpifanĆa cada cristiano ortodoxo lleva a casa un recipiente con la gran agiasma (“cosa sagrada” en griego), la guarda con sumo respeto para tomarla en caso de enfermedad, sĆ³lo en ayunas, igual que la Santa ComuniĆ³n.
5. Personas que se encuentran bajo penitencia y/o no pueden recibir la EucaristĆa, toman agua bendita como consolaciĆ³n espiritual.
Consejos de los Santos Padres
San SerafĆn de Sarov, al escuchar la confesiĆ³n de los peregrinos, siempre les daba beber agua de EpifanĆa. Cuando alguien estaba muy enfermo, el starets bendecĆa tomar cada hora una cucharada de agua santa. SolĆa decir que no hay medicinas mĆ”s fuertes que el agua bendita y el Ć³leo consagrado.
San Ambrosio de Ćptina una vez enviĆ³ una botella de agua bendita a un enfermo terminal y la enfermedad incurable, para el gran asombro de los mĆ©dicos, fue vencida.
San SerafĆn de VĆ½ritsa siempre aconsejaba salpicar los productos alimenticios y la comida con agua de EpifanĆa, cual, segĆŗn Ć©l, “por si misma lo santifica todo”, hasta quitar el efecto negativo de los pensamientos malos, humor o vida pecaminosa de quiĆ©n hace los alimentos o la comida.
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