“Si en algún lugar no es posible encontrar un
sacerdote, cualquier persona que esté presente allí puede bautizar a los bebés
no bautizados. No habrá pecado: si el padre los bautiza o cualquiera, siempre
que sea un cristiano” (Regla 45 de San Nicéforo de Constantinopla).
Pero, si el Bautismo se realiza por un laico, tienen
que cumplirse ciertas condiciones.
Uno tiene que pronunciar correctamente la fórmula
bautismal sobre el quién recibe el bautismo (“El siervo de Dios, (nombre), es
bautizado en el nombre del Padre. Amén. Y del Hijo. Amén. Y del Espíritu Santo.
Amén.”) con la triple inmersión en el agua (si no es posible – derramando el
agua sobre la cabeza o simplemente rociando con el agua), entonces el Bautismo
se reconoce como válido.
La persona laica que realiza el Bautismo deberá creer
conforme a las enseñanzas de la Iglesia Ortodoxa, y profesar el Credo ortodoxo.
El Bautismo no deberá realizarse en aras de los objetivos
ajenos o francamente supersticiosos (para que duerma bien, sea más fuerte de
salud, etc.)
Al mismo tiempo, el Estatuto de oficio de la Iglesia
prescribe la necesidad de que un sacerdote complete posteriormente las
oraciones, así como el Sacramento de la Crismación, omitidas en el momento del
Bautismo, realizado por un laico “debido al temor de la muerte”.
Fuente: http://pravlife.org/content/kak-v-sluchae-smertelnoy-opasnosti-okrestit-cheloveka-bez-svyashchennika
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